Las Casas de Los Comandantes
Hasta 1928, no hay en las fuentes relativas a la construcción y mantenimiento del Bellavista, ninguna mención de las casas en cuestión.
Eso nos podría indicar que las casas al parecer fueron adquiridas por el gobierno después de la construcción del Cuartel. En esa primera mención de ambas casas, se habla solo de la casa contigua y anexa, todavía no de las casas del Primer y Segundo Comandante.
Las casas de los Comandantes tienen un origen difícil de determinar. ¿Eran parte de la Casa de Don Mauro? ¿Ya existían antes de la construcción del Cuartel? En la descripción de la finca vendida al Gobierno en 1912, la casa de Don Mauro no era tan grande para abarcar toda la cuadra y el límite este no es con la calle 17, que para 1916 ya estaba definida, sino con la propiedad sucesión de Luis Castro Mena y herederos de Isolina Fernández.
Además, un plano de San José, anterior, de 1906, no tiene señalada todavía la calle 17 al Sur de la Avenida Central, solo la del Norte, es decir la del Colegio de Sión. En este plano los dibujantes un grupo de siete casas o construcciones sobre Avenida Central, entre lo que sería aproximadamente la tercera parte al este de la cuadra actual del Museo, la sección de la futura calle 17 y aproximadamente una cuarta parte de la cuadra contigua, siempre sobre Avenida.
Las casas originales fueron modificadas, de algunas secciones originales hay evidencia, como el muro del corredor hacia la Avenida Central en 1922, así como la pared interior con un grosor y dirección particular, diferente a la sección esquinera más nueva. En la reconstrucción de 1928 destaca la construcción de la Sala y de la de cuatro dormitorios. Tanto en 1928 como en 1940 se encuentran mencionadas paredes de madera y paredes de zinc en la casa esquinera.
Con respecto a la casa del Segundo Comandante destaca que, aunque se le hicieron cambios de puertas y ventanas en 1928, no mencionan cambios importantes, lo que hace suponer que la misma conserva características originales, que igual que la otra casa, el origen no sería después de 1906.
Según testimonios de personas que vivieron o visitaron ambas casas, alrededor de 1950 no existía comunicación entre las dos casas, ni tampoco al parecer entre estas y el Cuartel. La distribución interna a partir de los testimonios se puede observar en los planos, con la anotación de que la casa del Primer Comandante tenía dos cuartos más hacia el sur.
Cuesta de Moras
…Seis años escasos. Avenida Central. Tranvías amarillos que traquean para arriba y para abajo…Bar Chelles, que competía entre alegres güipipías, roncos madrazos y tristes llantos de hombres presionados por la situación política, con la cantina de la esquina del frente, La Moderna…
…Pie de Cuesta de Moras… por allí se tenía el trillo en diagonal que pasaba al frente de casitas llenas de obreros descalzos, de sastres, de zapateros remendones, de amas de casa, hasta llegar al pie del Cuartel Bellavista, cuyo fortín pasaría a la historia…
Como Perros y Gatos, Concurso niñas y niños del 48 escriben. Escuela de Historia. Universidad de Costa Rica. 1998.
Las Casas de Los Comandantes
Eso nos podría indicar que las casas al parecer fueron adquiridas por el gobierno después de la construcción del Cuartel. En esa primera mención de ambas casas, se habla solo de la casa contigua y anexa, todavía no de las casas del Primer y Segundo Comandante.
Las casas de los Comandantes tienen un origen difícil de determinar. ¿Eran parte de la Casa de Don Mauro? ¿Ya existían antes de la construcción del Cuartel? En la descripción de la finca vendida al Gobierno en 1912, la casa de Don Mauro no era tan grande para abarcar toda la cuadra y el límite este no es con la calle 17, que para 1916 ya estaba definida, sino con la propiedad sucesión de Luis Castro Mena y herederos de Isolina Fernández.
Además, un plano de San José, anterior, de 1906, no tiene señalada todavía la calle 17 al Sur de la Avenida Central, solo la del Norte, es decir la del Colegio de Sión. En este plano los dibujantes un grupo de siete casas o construcciones sobre Avenida Central, entre lo que sería aproximadamente la tercera parte al este de la cuadra actual del Museo, la sección de la futura calle 17 y aproximadamente una cuarta parte de la cuadra contigua, siempre sobre Avenida.
Las casas originales fueron modificadas, de algunas secciones originales hay evidencia, como el muro del corredor hacia la Avenida Central en 1922, así como la pared interior con un grosor y dirección particular, diferente a la sección esquinera más nueva. En la reconstrucción de 1928 destaca la construcción de la Sala y de la de cuatro dormitorios. Tanto en 1928 como en 1940 se encuentran mencionadas paredes de madera y paredes de zinc en la casa esquinera.
Con respecto a la casa del Segundo Comandante destaca que, aunque se le hicieron cambios de puertas y ventanas en 1928, no mencionan cambios importantes, lo que hace suponer que la misma conserva características originales, que igual que la otra casa, el origen no sería después de 1906.
Según testimonios de personas que vivieron o visitaron ambas casas, alrededor de 1950 no existía comunicación entre las dos casas, ni tampoco al parecer entre estas y el Cuartel. La distribución interna a partir de los testimonios se puede observar en los planos, con la anotación de que la casa del Primer Comandante tenía dos cuartos más hacia el sur.
Cuesta de Moras
…Seis años escasos. Avenida Central. Tranvías amarillos que traquean para arriba y para abajo…Bar Chelles, que competía entre alegres güipipías, roncos madrazos y tristes llantos de hombres presionados por la situación política, con la cantina de la esquina del frente, La Moderna…
…Pie de Cuesta de Moras… por allí se tenía el trillo en diagonal que pasaba al frente de casitas llenas de obreros descalzos, de sastres, de zapateros remendones, de amas de casa, hasta llegar al pie del Cuartel Bellavista, cuyo fortín pasaría a la historia…
Como Perros y Gatos, Concurso niñas y niños del 48 escriben. Escuela de Historia. Universidad de Costa Rica. 1998.
Hasta 1928, no hay en las fuentes relativas a la construcción y mantenimiento del Bellavista, ninguna mención de las casas en cuestión.
Los Vecinos del Museo
El barrio alrededor del Bellavista, igual que muchos lugares de la capital, presentaba una combinación de sectores sociales: desde pequeñas casas de adobe y madera de obreros y artesanos, hasta grandes casas, de las cuales todavía sobreviven la de los Crespo y la de los descendientes de los Lindo.
De inicios del siglo XX, databan algunas elegantes casas que estaban donde se construyó la Plaza de la Democracia en 1989. Esa cuadra cobijó en la década de los setentas algunos apartamentos donde vivieron reconocidos artistas como Virginia Grüter, Zulay Soto y después Alfonso Chase.
Junto a algunas casas de sectores medios donde vivían empleados públicos, existieron pequeñas casas de madera y adobe de familias más pobres, muchos ancianos y sin hijos. Cruzando la Avenida Segunda; por ejemplo, se encontraba el callejón de la “Puñalada”, donde convivía el “ganstencillo” (amigo de los del Barrio), con la vendedora de cajetas y con el zapatero del barrio: Don Porfirio, según el testimonio del escritor Alfonso Chase.
Por la cercanía con el Cuartel Bellavista los pobladores del barrio fueron testigos directos de hechos armados y balas perdidas o dirigidas al Cuartel, relacionados sobre todo con el “Bellavistazo” y el “Cardonazo”, cuya evidencia todavía persiste en las paredes del Cuartel. Por el traslado de la Asamblea Legislativa a su ubicación actual, los vecinos también presenciaron o fueron participes, de las manifestaciones sociales que desde la década de 1970 han tenido a la zona como su escenario privilegiado.
Sin embargo, a diferencia de los grandes barrios, los habitantes del lugar desarrollaban parte de su vida cotidiana en otros lugares. La mayoría iba a misa a la Iglesia de la Soledad y los niños asistían a clases a la Escuela España, a la Buenaventura Corrales, a la Julia Lang o a la Vitalia Madrigal. Después, también fueron a la Escuela Chile, a la Escuela Perú o a la Porfirio Brenes.
El barrio alrededor del Bellavista, igual que muchos lugares de la capital, presentaba una combinación de sectores sociales: desde pequeñas casas de adobe y madera de obreros y artesanos, hasta grandes casas, de las cuales todavía sobreviven la de los Crespo y la de los descendientes de los Lindo.
De inicios del siglo XX, databan algunas elegantes casas que estaban donde se construyó la Plaza de la Democracia en 1989. Esa cuadra cobijó en la década de los setentas algunos apartamentos donde vivieron reconocidos artistas como Virginia Grüter, Zulay Soto y después Alfonso Chase.
Junto a algunas casas de sectores medios donde vivían empleados públicos, existieron pequeñas casas de madera y adobe de familias más pobres, muchos ancianos y sin hijos. Cruzando la Avenida Segunda; por ejemplo, se encontraba el callejón de la “Puñalada”, donde convivía el “ganstencillo” (amigo de los del Barrio), con la vendedora de cajetas y con el zapatero del barrio: Don Porfirio, según el testimonio del escritor Alfonso Chase.
Por la cercanía con el Cuartel Bellavista los pobladores del barrio fueron testigos directos de hechos armados y balas perdidas o dirigidas al Cuartel, relacionados sobre todo con el “Bellavistazo” y el “Cardonazo”, cuya evidencia todavía persiste en las paredes del Cuartel. Por el traslado de la Asamblea Legislativa a su ubicación actual, los vecinos también presenciaron o fueron participes, de las manifestaciones sociales que desde la década de 1970 han tenido a la zona como su escenario privilegiado.
Sin embargo, a diferencia de los grandes barrios, los habitantes del lugar desarrollaban parte de su vida cotidiana en otros lugares. La mayoría iba a misa a la Iglesia de la Soledad y los niños asistían a clases a la Escuela España, a la Buenaventura Corrales, a la Julia Lang o a la Vitalia Madrigal. Después, también fueron a la Escuela Chile, a la Escuela Perú o a la Porfirio Brenes.