Más allá de las joyas, los accesorios de la vestimenta femenina buscan reflejar el estatus social. A finales del siglo XIX, los más destacados eran los abanicos; en este caso, uno de carey y encaje; también de esa época son estas pequeñas carteras plateadas. De mediados del siglo XX, son los guantes cortos propios de actividades formales.