Desde muy joven incursionó en actividades políticas. A los 25 años ya era Ministro de Estado en el gobierno de José María Alfaro en 1842.
Doctor en Derecho y Filosofía por la Universidad de León, José María Castro hacía gala de su gran cultura.
En 1847, con 28 años, fue electo Jefe de Estado, constituyéndose en el gobernante más joven de nuestra historia. Liberal, de ideas avanzadas, defensor de la libertad en todas sus formas, defensor de la vida humana y enemigo acérrimo de la pena de muerte.
Pese a todos sus logros y haber sido el Primer Presidente de Costa Rica, la Administración de Castro Madriz fue combatida sin tregua por una férrea oposición y antes de tomar medidas extremas ante la amenaza de un pronunciamiento militar, prefirió retirarse de la Presidencia por su propia voluntad antes que ensangrentar al país y llevarlo al campo de las venganzas y a los actos de violencia. La Presidencia, dijo, “no vale una sola gota de sangre”. Presentó la renuncia el 16 de noviembre de 1849, que fue aceptada por el Congreso, el cual le confirió el título de Fundador de la República y lo condecoró con una medalla de oro, mediante Decreto No LVI de 16 de noviembre de 1849.

En su primer mandato creó entre otras cosas: la Universidad de Santo Tomás (1843); fundó el “Mentor Costarricense (1842); fundó “El costarricense” (1847); decretó a Costa Rica República Libre, Soberana e Independiente, el 31 de agosto de 1848; y casi un mes después, el 29 de setiembre, decretó los símbolos nacionales: la Bandera y el Escudo de armas.