NASUA NARICA UN CEMENTERIO DE HACE 1200 AÑOS EN EL CARIBE COSTARRICENSE
El monumento arqueológico Nasua Narica se localiza en el Caribe costarricense y consiste en un cementerio, ubicado cronológicamente entre el 800 y el 1500 d.C., integrado por 18 sepulturas, que, aunque fueron construidas con piedras representan una variante de las tumbas de cajón debido al uso de cantos y por su forma ovalada.
LOCALIZACIÓN
Nasua Narica se encuentra en el cantón de Guácimo. Específicamente en una plantación de palma que se encuentra en la Escuela de Agricultura de la Región Tropical Húmeda (EARTH), donde a la fecha se han registrado 18 monumentos arqueológicos concentrados principalmente en la parte sur del terreno. Aún faltan por explorar cerca de 2000 hectáreas.
Existe un convenio entre el Museo Nacional de Costa Rica y la EARTH desde de la década de los 1980, que ha permanecido activo y generando diversos periodos de investigación arqueológica según las necesidades de la Universidad. Para 2021 se retomó dicho convenio para hacer una inspección arqueológica en terrenos donde se realizaría un cambio de uso de suelo para la ampliación de la plantación bananera.
METODOLOGÍA
Respecto a la metodología, primero se delimitó un polígono con base en la evidencia en superficie; en este caso, con lajas dispersas. A partir de esta área se colocaron 47 pozos de sondeo cada 6 metros, de los cuales se excavaron 40 para determinar la dispersión y naturaleza de los materiales. Con base en ello, se realizaron siete cuadros de diversas dimensiones que nos indicaron que la evidencia se concentraba hacia el sector central del polígono del monumento.
CEMENTERIO DE TUMBAS DE CAJÓN
Las tumbas de cajón son una forma de enterramiento en la cual se construyó un cajón rectangular de piedra, dentro del cual se depositó el cuerpo extendido y las ofrendas. Este fue tapado con lajas.
En este caso el cementerio está compuesto por 18 sepulturas, que, aunque fueron construidas con piedras representan una variante de las tumbas de cajón debido al uso de cantos y por su forma ovalada. Las sepulturas trabajadas estaban distribuidas en seis de los cuadros excavados formando grupos.
SISTEMA CONSTRUCTIVO
Se encontró una recurrencia en el sistema constructivo en cuanto a la existencia de tapas de lajas medianas y grandes, con calzas de cantos pequeños. En algunas de las tumbas se reportaron 2 o 3 capas de lajas superpuestas formando las tapas.
Debajo de las tapas o a su mismo nivel, se encontró un anillo formado por cantos grandes y medianos, colocados horizontalmente. Estos cantos fueron traídos de un río cercano y fueron especialmente seleccionados para este fin.
Hay dos variedades en cuanto a la forma, la mayoría tenía una forma ovalada, pero también se encontraron dos casos de tumbas con forma circular que eran un poco más pequeñas.
Con la excavación de las fosas se infiere que, aunque no se recuperaron restos óseos humanos, los cuerpos fueron colocados como enterramientos primarios; es decir, extendidos y articulados. La orientación de las sepulturas fue usualmente de noroeste sureste y hubo cierta regularidad en la disposición de las ofrendas las cuales normalmente se encontraron agrupadas entre sí y colocadas hacia el noroeste, lo cual permitiría inferir que el cuerpo se depositó con la cabeza hacia esa dirección y que las ofrendas se colocaron rodeándola.
DIFERENCIACIÓN SOCIAL
A pesar de lo homogéneo de las formas, tamaños y del sistema constructivo de las tumbas, en la parte norte del monumento se detectó un área con algunos indicadores de que allí fueron inhumados personajes con un mayor rango dentro del grupo. Estos son:
ELEMENTOS DIVISORES DEL CEMENTERIO
En esta área se detectaron tres sepulturas; una de ellas muy alterada. Rodeándolas se encontró un muro circular formado por rocas grandes, por lo que se infiere que sirvió como límite de esta área específica. Este elemento no se reportó en ninguna de las otras unidades.
ARQUITECTURA COMPLEJA DE LAS TUMBAS
Si bien las tumbas mantienen el mismo sistema constructivo ya descrito, su complejidad es mayor. Esto se representa en varias capas de lajas que forman la tapa. Debajo el anillo, con cantos de gran tamaño y las paredes de cuatro hileras. Por su parte, el piso estaba formado por cantos grandes perfectamente alineados.
CANTIDAD DE LAS OFRENDAS
Ambas sepulturas poseen artefactos cerámicos en muy buen estado de conservación; una de ellas con cinco artefactos, que es la que tuvo mayor cantidad de ofrendas de todo el cementerio y la otra con tres. En este último conjunto dentro del artefacto 20 se recuperó un fragmento de olote carbonizado de maíz como parte de la ofrenda, tal y como se ha registrado en otros cementerios donde las vasijas sirven de contenedores para alimentos.
UN CEMENTERIO DE HACE 1200 AÑOS
La muestra analizada incluyó 600 fragmentos cerámicos recuperados tanto de los pozos como de las excavaciones horizontales y en parte del relleno de las fosas. La clasificación del material permitió ubicarlo cronológicamente entre 500 a.C. y el 1500 d.C.; es decir, que en ese terreno hubo una primera ocupación hace cerca de 2000 años. Aunque no se tiene claridad respecto a qué actividades eran las que realizaba ese grupo humano, lo que sí es claro es que no estaban utilizando este espacio como cementerio, ya que las características de las zonas funerarias más antiguas son diferentes a las reportadas en Nasua Narica.
La mayoría del material cerámico fragmentario de los artefactos y el sistema constructivo indican que este cementerio fue utilizado principalmente entre el 800-1500 d.C.; es decir, hace 1200 años.
Con base en ello tenemos un grupo previo que estuvo haciendo una o varias actividades en ese sector y, posteriormente, un segundo grupo que estaba enterrando a sus muertos en esta misma área.
COMENTARIOS FINALES
A pesar del grado de alteración detectado en el terreno, ocasionado posiblemente durante la siembra de palma que provocó que algunas de las sepulturas fueran impactadas, la gran mayoría reportó un buen estado de conservación. La importancia de realizar estudios extensivos en contextos como el que se registró en Nasua Narica permite reforzar el conocimiento que se tiene acerca de prácticas funerarias y de los sistemas constructivos que se utilizaron durante la ocupación tardía de nuestras sociedades antiguas.
Esto nos ayuda a conectar con nuestras raíces culturales y comprender cómo vivían y prosperaban los pueblos originarios, así como las acciones que realizaban en el día a día y cómo enterraban a sus muertos. Además, de que nos permite comprender nuestra historia, y forjar una identidad cultural más sólida.
¿Qué ha pasado desde entonces?
Se recibió el reporte de un montículo cercano el cual posteriormente se inspeccionó y presenta una asociación directa con otras dos áreas funerarias. Un montículo se define como una elevación artificial (aunque también pude aprovechar la forma natural del terreno) y que posee paredes de piedra. En este caso, la estructura encontrada tiene unos 25 metros de diámetro y un muro de cuatro hileras de cantos. Por ello, para el 2024 se planea llevar a cabo una nueva etapa de investigación en este nuevo sector del monumento.