El dueño de monte y su posible relación con el oso caballo u hormiguero gigante
Dentro de las tradiciones centroamericanas existe una figura mitológica relacionada con un ser que defiende a los animales de la acción de los cazadores ilegales. Recibe diversos nombres como el dueño de monte o sisimique. De hecho, algunas leyendas sobre su origen hablan de que se trata del alma en pena de un cazador destructor que mataba ciegamente y en castigo su alma en pena defiende ahora a los animales, bajo el aspecto de un tenebroso ser humanoide, alto y peludo.
La leyenda del dueño del monte
Aunque este ser como tal parece existir como leyenda en Costa Rica y Nicaragua, es común encontrar seres parecidos en otros países como el Mapinguarí de Sudamérica. También es curiosa la semejanza de esta leyenda con mitos actuales mundiales en los que incluso la gente asegura su existencia como el Pie Grande de América del Norte, el Yeti u hombre de las nieves del Himalaya, el Yowie de Australia, el Orang Pendek de Sumatra o el Yeren de China. Todos seres humanoides enormes según la leyenda tejida a su alrededor.
Los campesinos de antaño cuentan historias mientras andaban “monteando” (de cacería) sobre extraños sonidos en la montaña de un animal y los que “lo han visto” describen un ser alto, peludo, espantoso. ¿Puede haber tenido origen esta creencia en un animal real? Es posible, solo tal vez, pues existe un animal en la fauna costarricense, escaso (quizás nunca ha sido abundante), considerado a veces extinguido, que reúne el tipo de un animal de extraño aspecto, estrafalario, escaso y que bien podría haber asustado a nuestros antepasados cuando la fauna era tan poco conocida, y no disponían de libros o televisión para saber que existían esos animales. Se trata del oso hormiguero gigante u oso caballo Myrmecophaga trydactila.
El oso hormiguero gigante u oso caballo como ser de leyenda
Esta interesante, pero lamentablemente casi desaparecida especie, como su nombre lo indica se alimenta de insectos como hormigas, termitas. Su distribución, al menos originalmente, abarca desde el sur de Belice hasta Panamá y en América del Sur, al oeste de los Andes hasta Bolivia y el norte de Argentina. En Costa Rica habitó posiblemente tanto las tierras bajas de la vertiente Caribe como el lado Pacífico. Sin embargo, ahora solo ha habido avistamientos ocasionales, sin respaldo de foto en la gran mayoría. Sitios como los Parques Nacionales Santa Rosa, Barbilla y Corcovado son mencionados. Investigadores en Corcovado reportan una huella en el 2000 en un artículo sobre monitoreo de mamíferos en Corcovado y Golfo Dulce.
Una de las razones de su rareza se atribuye en parte a que estudios en Sudamérica estiman que se necesita un área muy grande para mantener una población de este animal. Cerca de 4.167 km2 de bosque denso.
El hecho de que esta especie quizás nunca ha sido muy abundante, su extraño aspecto, con grandes garras y pelaje espeso, las raras vocalizaciones que emite y su costumbre de pararse en dos patas cuando se defiende (puede medir alrededor de 1 m solo la cabeza y el cuerpo), podrían haberlo convertido a los ojos de personas que lo desconocían en un ser de leyenda. Parado en dos patas todavía contribuiría más a asustar a cazadores metidos en la profundidad de la selva, dando el aspecto de un espectro o fantasma.
Aparte de la leyenda del dueño de monte, el oso caballo es citado como tal, con ese nombre en algunas narraciones costarricenses de mitos. No como el animal silvestre que es, sino como un ente misterioso que asusta a cazadores, contaminadores o destructores del bosque. También la descripción es sobre un animal grande que anda erguido y que con su aspecto y voz ha asustado algunas personas. Leyendas moralizantes de nuestros antepasados que hoy repercuten en los recuerdos y quizás muchos desearíamos su existencia sobre todo ahora, con tanta destrucción y cacería en nuestros bosques.