Creencias acerca de los búhos y las lechuzas
Existen animales de la noche que desde tiempos antiguos han representado lo desconocido, el misterio, que nos han llamado tanto la atención que a su alrededor hemos creado supersticiones que poco a poco se han arraigado a nuestro diario vivir.
Las lechuzas y los búhos, aves que a muchos desconciertan con sus enormes ojos y vocalizaciones nocturnas, han sido protagonistas de estas creencias en todo el mundo, convirtiéndose desde criaturas que llaman a la muerte hasta protectoras de almas.
Creencias en Costa Rica
En Costa Rica, cuando a las lechuzas y a los búhos se les escucha vocalizar, se piensa en diferentes cosas, por ejemplo, algunos piensan que anuncian la muerte y que oírlas por varias noches consecutivas, significa que alguna persona pronto perderá la vida.
Otros, piensan que son formas animales en las que se presentan las brujas, por tanto, muchos rezan cuando las escuchan. Algunas otras personas los han ligado con espíritus malignos y afirman que tienen pacto con el diablo.
Por otro lado, también se les ha relacionado con eventos climáticos, por ejemplo, cuando la Jú de león (Ciccaba virgata) vocaliza durante las noches, se dice que anuncia la entrada del “verano”.
Creencias alrededor del mundo
No sólo en Costa Rica se tienen creencias en torno a las lechuzas y los búhos, alrededor del mundo, la más común es aquella en la que estas aves son mensajeras de la muerte y la mala suerte.
En Sicilia, hay una leyenda que menciona que el Autillo Común (Otus scops), cuando llama cerca de la casa de un enfermo, éste morirá al término de tres días; y de no ser así, tendrá un problema con las amígdalas. En África, piensan que los búhos son demonios poseídos y que ver uno, es indicador de un desastre inminente. Las tribus indígenas de las pampas argentinas temían a la Lechuza Llanera (Athene cunicularia), llamándola “hermana del demonio”, por tanto, mataban a cuanto vieran, asimismo, no acampaban en áreas donde ésta anidara.
En Suráfrica se creía que los búhos eran enviadas por brujos malvados para matar gente y que la única forma de romper la maldición era remojar al ave en parafina y prenderle fuego; en África oriental les rompían las garras y los maltrataban creyendo que el brujo sufriría el mismo castigo.
No obstante, hay creencias encantadoras asociadas a ellas, en Australia, por ejemplo, se les visualiza como criaturas positivas que son guardianes de las almas de las mujeres que mueren, por eso las personas creen que, al protegerlos, protegen las almas de sus familiares. En ciertos lugares asiáticos, se les ha considerado figuras protectoras que ayudan a alejar a los malos espíritus, la hambruna y la pestilencia. Los indios del suroeste de los Estados Unidos creen que el búho puede guiarlos en el viaje de la vida a la muerte, acostumbran colocar una pluma (mudada por un búho vivo) en la mano de la persona que pronto morirá, de esta forma el búho sabrá que el enfermo está listo para emprender el viaje.
Los búhos se han utilizado también en la cocina con la idea de que poseen poderes mágicos y curativos. En Uruguay, la carne de la Lechuza Llanera es servida a los enfermos creyendo que les despierta el apetito por otros alimentos. En África creen que consumir los ojos de los búhos, mejora la visión nocturna. En Marruecos se le ha dado un uso singular a los ojos, esposos y padres colocan en la mano de su esposa o hija, el ojo derecho de un Búho Real (Bubo bubo), para asegurarse que la mujer les diga todo lo que hizo durante el día.
Conservación de estas rapaces nocturnas
A pesar de que las supersticiones y creencias identifican a un pueblo, y se nos hacen peculiares e interesantes, muchas veces éstas entran en conflicto con el bienestar de las poblaciones silvestres, varias de estas creencias mencionadas han provocado la mortalidad de cuantiosos individuos, lo cual, aunado a los problemas de pérdida de hábitat y contaminación, conduce a una disminución en las poblaciones y una eventual pérdida de estas especies tan importantes para el equilibrio de los ecosistemas.
A pesar de que las supersticiones y creencias identifican a un pueblo, y se nos hacen peculiares e interesantes, muchas veces éstas entran en conflicto con el bienestar de las poblaciones silvestres, varias de estas creencias mencionadas han provocado la mortalidad de cuantiosos individuos, lo cual, aunado a los problemas de pérdida de hábitat y contaminación, conduce a una disminución en las poblaciones y una eventual pérdida de estas especies tan importantes para el equilibrio de los ecosistemas.