El sitio, cuya extensión aún no se ha determinado, tuvo ocupaciones en la planicie, con presencia de tiestos y fragmentos de metates, y una serie de montículos, de los cuales se han registrado preliminarmente entre 7 y 9. Los montículos se ubican sobre una loma en el inicio del piedemonte, con vista a la laguna Pejeperro y el Océano Pacífico. Su ubicación sería estratégica para controlar las zonas bajas y aprovechar los recursos costeros y marinos.
La cerámica es similar a la de Cantarero, con presencia de los tipos Bugaba Esgrafiado, Quebradas Simple y Quebradas Inciso, y también se han recuperado fragmentos de metates grandes. Por su configuración y ubicación se perfila como otro sitio principal del período, en la parte externa de la península, lo cual debe ser probado.