“Las flores de pasión, pasionarias o granadillas, son un grupo fascinante de plantas, admiradas y cultivadas desde hace cientos de años por la belleza de sus flores y el sabor de sus frutos. Estas plantas pertenecen al género Passiflora (Passifloraceae), con alrededor de 625 especies y casi todas exclusivas del continente americano”
Las flores de pasión pertenecen al género Passiflora y a la familia Passifloraceae. El origen del nombre Passiflora, que significa “flor de la pasión”, se remonta a la época de la colonia española en América, cuando estas flores inspiraron la imaginación de los primeros colonizadores, que veían en ellas una representación de “la pasión” o sufrimiento de Jesucristo. Desde entonces, muchas de las especies de este género han sido extraídas de sus lugares de origen y utilizadas como plantas ornamentales en viveros y jardines.
Estas plantas se reconocen fácilmente por su forma de bejucos con zarcillos (excepto la especie Passiflora tica) y por sus frutos, que contienen gran cantidad de semillas recubiertas por un arilo comestible. No obstante, su característica más distintiva e inconfundible es la corona de filamentos que presentan sus flores, la cual juega un papel muy importante en el proceso de polinización en la mayoría de las especies.
Las pasifloras tienen una rica historia cultural, debido a la gran cantidad de usos que se les han dado a través del tiempo. Se cultivan como plantas ornamentales, medicinales y alimenticias, especialmente por sus frutos comestibles (llamados granadillas, maracuyás, estococas o curubas).
En los últimos años también se han utilizado ampliamente como plantas hospederas de mariposarios comerciales, dada su estrecha relación con las mariposas del género Heliconius.