Este conjunto de bienes está ligado a la dinámica de sociabilidad; en primer lugar, las de carácter ritual, ya sean religiosas, estatales o de algunas organizaciones.
En la colección del Museo Nacional de Costa Rica destacan los ornamentos religiosos católicos, que comprenden atriles, banderolas eucarísticas, cálices, candeleros, copones, cortaderas de hostias, custodias, hostiarios, incensarios, navetas, sacras, silicios, así como pilas bautismales y palios, entre otros. Ligada a la ritualidad secular se tiene banderas, estandartes, escudos y condecoraciones.
Como parte de la sociabilidad; en segundo lugar, están los bienes asociados a las actividades lúdicas, ya sea musicales, recreativas o deportivas. Entre los instrumentos musicales destacan los pianos, algunos del siglo XIX, como el de “Billo” Zeledón, compositor de la letra del himno nacional actual, también se conservan oboes, violines, campanas, güiros, quijongos y yusas, así como algunos de elaboración indígena como tambores, maracas y conchas o caparazones. Con un fin recreativo tenemos máscaras, muñecas, títeres, marionetas y medios de transporte en miniatura para jugar.