Dados sus hábitos frugívoros y capacidad de desplazamiento, los tucanes cumplen una relevante función ecológica dentro de los ecosistemas como agentes dispersores de numerosas plantas, su conservación incide en el equilibrio de los hábitats en el Neotrópico. Lamentablemente, el grupo es afectado por amenazas que conciernen a la biodiversidad en general, entre las principales se encuentran la pérdida de hábitat, la apertura y fragmentación de parches boscosos. De las especies de tucanes presentes en Costa Rica, dos se encuentran incluidas en la categoría denominada “con poblaciones reducidas o amenazadas” de acuerdo con la legislación nacional; se trata de las endémicas regionales: tucancillo piquianaranjado, Pteroglossus frantzii y tucancillo orejiamarillo, Selenidera spectabilis.
En la escala mundial, de acuerdo a la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), dos especies se ubican en la categoría: “cerca de amenaza” (NT), se trata del tucán pico castaño Ramphastos ambiguus y el tucán pico iris, Ramphastos sulfuratus. En cuanto al primero, a pesar de ser tolerante a la degradación de hábitat, el principal peligro, en su rango de distribución mundial, es la tasa de deforestación proyectada particularmente en zonas como la cuenca del Amazonas; por otro lado, es una especie propensa a la caza en ciertas áreas. En el caso del pico iris, su principal amenaza es la pérdida y fragmentación del hábitat, asimismo, es vulnerable ante la caza para consumo y el tráfico de mascotas.
En cuanto a medidas que se pueden aplicar para apoyar la conservación de este grupo se puede considerar: efectuar trabajos de investigación que aporten al conocimiento de los tucanes y los ecosistemas que habitan, aumentar los esfuerzos en reforestación con especies de plantas que les brinden recursos, considerando aquellas nativas, propias de cada zona geográfica, y ojalá mejorando o restableciendo la conectividad entre áreas boscosas. Por otro lado, ante una amenaza que ha sido documentada en los últimos años, aplicar métodos que eviten colisiones de avifauna contra ventanas (entre las especies de tucanes con mayor incidencia se reporta el tucancillo verde Aulacorhynchus prasinus). Y, por último, pero no menos importante, continuar y mejorar la educación de la ciudadanía para su sensibilización.